10 mar 2011

Roma: siguiendo la línea del tiempo


El primer post de este blog no podía estar dedicado a otra que a la ciudad que nos acoge y nos brinda esta particular piazza: Roma. La ''ciudad eterna'' nació un 21 de abril hace ya 2764 años, allá por el 753 a.C. Desde entonces ha llovido mucho, muchísimo, pero Roma conserva casi intacto el particular carácter que ha definido a sus calles y habitantes durantes miles de años.

Dejando a un lado los turistas que perennemente inundan las calles y plazas de la capital italiana, pasear por Roma es toda una experiencia para los sentidos y un viaje a través de la historia.


Iniciamos nuestro paseo en el metro B, la más reciente de las dos líneas de metro que a modo de cruz subterránea atraviesan el corazón de Roma y que nos deja justo delante del Coliseo. El anfiteatro romano se alza imponente aún hoy como símbolo máximo del imperio que una vez puso el centro del mundo en el suelo que pisamos.

Dejando atrás el Coliseo, la via de los Foros Imperiales se abre ante nosotros como un puente sobre el tiempo que nos traslada de la Roma Imperial a la Roma del siglo XX. Obra del fascismo, la polémica via de los Foros Imperiales nos ofrece una privilegiada panorámica pasando sobre los restos de los diferentes foros de la antigua Roma, lugar de encuentro de los ciudadanos del imperio romano que hoy han dejado paso a las legiones de grupos de turistas armados con cámaras digitales.

Finalizamos nuestro viaje en el tiempo en la plaza Venecia, gran plaza presidida por el monumento a Victor Manuel II, una imponente montaña de mármol blanco construida tras la unificación de Italia, de la que este año se cumplen 150 años. Considerada por algunos como una aberración del centro histórico de Roma, pocos quedan indiferentes ante este gigante blanco.

Al otro lado de la plaza, justo en el centro, se abre paso la via del Corso, antiguo escenario de carreras de caballos (de donde toma su nombre) y actual arteria de la moda de la capital italiana. La via del Corso sirve además de pasarela turística de Roma, salpicada de monumentos a ambos lados, a pocos minutos de la vía del Corso se encuentran la famosa Fontana di Trevi, el grandioso Panteón, la plaza Navona, la archiconocida escalinata de la plaza de España y por último, la enorme plaza del Popolo, uno de los mayores espacios abiertos de Roma y que servía de entrada a los peregrinos de la Roma cristiana.

Saliendo de la antigua Roma por la porta Flaminia podemos pasear por la nueva via Flaminia, construida sobre la calzada romana del mismo nombre y que en línea recta nos lleva hasta nuestra última parada de hoy: el MAXXI. El Museo nacional de las Artes del siglo XXI (MAXXI) es una de las últimas y más modernas construcciones de Roma. Su atrevida arquitectura, obra de la arquitecta Zaha Hadid, ha marcado un hito en el restringido y clásico casco histórico romano, mientras que sus colecciones de arte contemporáneo han traído un soplo de aire fresco al turismo, a los habitantes y a la misma historia de la Ciudad Eterna.


Cansados, con casi cinco kilómetros en línea recta y dos mil años de historia a las espaldas, nos retiramos hasta el próximo post.

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