Desde el inicio de la marcha en piazza della Repubblica han empezado los primeros ataques a bancos, hoteles y coches, han pagado con cristales rotos y fuego la violencia de estos radicales. Sin embargo, la verdadera guerra se ha desatado en via Labicana, donde ha ardido el Ministerio de Defensa italiano.
La peor parte sin embargo se la ha llevado la piazza de San Giovanni, meta establecida para la manifestación y en la que se han protagonizado carreras y cargas policiales contra los agitadores. Los manifestantes que han intentado salvar la manifestación pacífica inicial (entre los que me encontraba) hemos sufrido finalmente el miedo entre gases lacrimógenos y avalanchas humanas en una plaza acorralada y cerrada que se convirtió en una verdadera trampa de aire irrespirable.
No podemos sino AGRADECER con mayúsculas a los sacerdotes de la catedral de San Giovanni que han respondido abriendo la cancela trasera de la iglesia permitiéndonos así escapar de la plaza bloqueada. GRACIAS de nuevo por habernos abierto las puertas y recibirnos con jarras de agua para enjuagar los ojos irritados.
Mientras escribo la 'guerra' continúa en la plaza de San Giovanni, un barrio asaltado y destrozado por una de las protestas más violentas que se recuerdan en Roma en los últimos años.
Algunas fotos de la manifestación y la guerra en Roma:
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